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lunes, 25 de febrero de 2013

El huargo en la palabra IV: Ultracorrección.

Todos cometemos errores cuando hablamos y escribimos. Está claro. Todos.

Pueden ser debidos a falta de concentración... a desconocimiento... a torpeza al mecanografiar... Pero hay un tipo especial de error que me encanta y que no disculpo jamás: El que se comete porque te crees muy inteligente.

Académicamente esto se conoce como ultracorrección y se define como 'la aplicación de normas gramaticales y ortográficas en usos que no le corresponden'.

Y es que hay gente por ejemplo que escribe o dice idiosincracia. Está claro que si utilizas esa palabra es porque te las quieres dar de persona culta, pero no, coleguilla: Se dice idiosincrasia.

Ejemplos más comunes son los de la gente que por hacerse la fina, dicen bacalado cola-cado en lugar de bacalao o cola-cao.

Pero hay más errores de este tipo:

He visto a profesores de primaria escribir antigüo...  Usar diéresis es importante ¡pero no tanto, oye!

¿Y quién no ha visto escrita así la palabra exámen? Claro, como exámenes lleva tilde, el singular a la fuerza también...

Pasa mucho también que para dárnoslas de que sabemos escribir acentuamos éstoéso porque claro, es un pronombre y los pronombres llevan tilde para distinguirlos de los determinantes... ¡Y no tenemos en cuenta que ni esto ni eso funcionan jamás como determinantes!

En los telediarios se oye frecuentemente que usan se autoinmoló autoinmolarse. Claro. Yo me autolavo y me autopeino todas las mañanas, pero está mal dicho. Bueno, en este caso me autopeino está doblemente mal dicho porque además estoy calvo. Pero el tema es que si ya se incluye la partícula se para reflejar que es pronominal, no hace falta que uses el auto, salvo para no llegar tarde al trabajo.

Todo ello son ejemplos de querer expresarse mejor que nadie aplicando reglas gramaticales pero muy de aquella manera.

Y venía yo cargado de más ejemplos, francamente, pero se me han olvidado por el camino... Ya iré actualizando con más ejemplos que se me ocurran.

Hasta la próxima entrega. Que seguramente versará sobre el uso de latinismos. O no. ¡Ah! ¡El misterio!

viernes, 22 de febrero de 2013

Estúpido juego de palabras XXVIII

¡Aaaah! ¿Qué sería de este blog sin los estúpidos juegos de palabras? ¡Justo cuando creíais que el nivel estaba subiendo! ¡Esperad lo peor!

lunes, 18 de febrero de 2013

El huargo en la palabra III: Erratas de andar por casa.

"El huargo en la palabra" os trae esta semana un ejemplo de orcografía.




Pero ¡hey! al menos ha escrito m antes de b

Podría ser un caso de ultracorrección... o de que la persona que ha escrito esto sabe insertar cliparts de microondas pero no sabe qué significa el subrayado rojo en su procesador de texto...

Otro día hablaré de la ultracorreción. Quedáis emplazados a la próxima entrega de El huargo en la palabra.

lunes, 11 de febrero de 2013

El huargo en la palabra II: Bizarro



Otro lunes que vengo a enseñaros a escribir y a expresaros bien.

Hoy: la correcta utilización de la palabra bizarro.

Aquí, quien más quien menos, sabe que bizarro significa "raro", "extraño", "grotesco". Bueno, pues que dejen de ver páginas porno americanas, señoras. Bizarro en castellano siempre ha querido decir "valiente".


Veamos la definición de bizarre según la edición on-line del Collins: 

Bizarre: (adjective) odd or unusual, esp in an interesting or amusing way

Word Origin

C17: from French: from Italian bizzarro capricious, of uncertain origin .
Y la del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua:
bizarro, rra.
(De it. bizzarro, iracundo).
1. adj. valiente (esforzado).
2. adj. Generoso, lucido, espléndido.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
Como principal diferencia, que la palabra inglesa parece venir más bien del francés, y la española del italiano. Pero vamos, poco más. ¡Ah no! ¡Espera! Es que no significan los mismo...

Que nos encontramos ante otro caso, como decíamos hace siete días, de falso amigo. Bizarre no significa bizarro.
Y dejad el porno.


NOTA: He decidido llamar a esta sección "El huargo en la palabra". Sirva el título de homenaje a mis admirados Lázaro Carreter y Tolkien. Vaya, en realidad es que "el cardo en la palabra" y "el nardo en la palabra" ya estaban cogidos. Bueno, pues hasta más entregas.

lunes, 4 de febrero de 2013

El huargo en la palabra I: La gente se cuela con la palabra "secuela".

La palabra secuela según el Diccionario de la Lengua Española:
(Del lat. sequēla).

1. f. Consecuencia o resulta de algo.

2. f. Trastorno o lesión que queda tras la curación de una enfermedad o un traumatismo, y que es consecuencia de ellos.

3. f. ant. séquito (‖ gente que en obsequio, respeto o aplauso de alguien le acompaña y sigue).

4. f. ant. secta.

Sin embargo estamos acostumbrándonos a utilizarla como sinónimo de continuación de una obra, bien sea una película, un cómic... Estamos incluso acostumbrándonos a que profesionales de la comunicación la empleen así en la radio, prensa escrita y televisión. Como por ejemplo en el 20 Minutos. Vale, que madre mía qué ejemplos que doy. Pero es que también sucede en El Mundo y El País. Ya, que tampoco.

¿Por qué está pasando esto? Bueno, no soy experto, la verdad, pero sospecho que es por influencia del inglés. Y por desconocimiento de la gente. Veamos lo que dice el diccionario de inglés Collins en su edición en internet:

sequel (ˈsiːkwəl)
noun
  1. anything that follows from something else; development
  2. a consequence or result
  3. a novel, play, etc, that continues a previously related story
Word Origin
C15: from Late Latin sequēla, from Latin sequī to follow.


El origen etimológico es el mismo y el significado similar. Pero tiene una acepción más, que es, en efecto, la que damos actualmente a la palabra secuela.

Parece evidente: La gente lee "sequel" en inglés y la traduce mal por "secuela".



Vamos, que nos encontramos ante lo que se conoce como falso amigo, pero no es de esos que les prestas dinero y luego ni te saludan ni nada. 

En fin, yo no es que sea academicista. Al contrario. Además, las lenguas cambian (si no seguiríamos hablando en latín, digo yo) y eso es señal de que se usan y están vivas. Pero es que éste me parece un claro caso de vagancia y desconocimiento.

Creo que merece la pena poner un poco de atención cuando escribimos y hablamos. O por lo menos, que sepamos qué es lo que decimos y porqué lo decimos.